19 - marzo - 2024

«Los empleos van a continuar bajando»

La UOCRA resalta que los 80 mil puestos que se perdieron en estos meses están estrechamente relacionados con ocupados en obras públicas.

El sector de la construcción está registrando un rápido deterioro laboral a raíz de las difíciles condiciones macroeconómicas y las políticas específicas adoptadas por el Gobierno nacional. De acuerdo a una estimación de la UOCRA, desde mediados del año pasado se perdieron 80 mil empleos en el sector de la construcción, habiéndose registrado las mayores bajas en enero y febrero pasados.

Si se tiene en cuenta el registro de 440 mil trabajadores registrados de julio del 2023, la pérdida acumulada de empleo es de casi el 20 por ciento. «Estos 360 mil empleos con los que comenzamos marzo continuarán bajando dado que no se han revertido ninguna de las causas que motivan la caída. Incluso en grandes obras se mantuvo en planta un importante número por la figura de la suspensión, situación que cesó durante marzo», indica un informe de la UOCRA.

 
 

Deterioro

Se dice que la actividad de la construcción es «procíclica«, lo cual implica que sobrerreacciona al ciclo: cuando la economía crece, la construcción va por delante; pero cuando la economía decrece, la construcción lo hace en mayor medida que el promedio.

Dada esta característica, es lógico que el sector esté en caída en medio de una fuerte recesión económica que comenzó en los albores del proceso electoral, que se profundizó notablemente a partir del histórico ajuste fiscal y monetario y la brutal licuación de ingresos que provocó el actual Gobierno. Pero además de las generales de la ley, sobre el sector de la construcción impacta de lleno la inédita decisión de la administración de Javier Milei de cortar con toda la obra pública financiada por Nación.

 

De hecho, la UOCRA resalta que «esos 80 mil puestos que se perdieron están estrechamente relacionados con ocupados en obras públicas, dado que históricamente alrededor del 25 por ciento de los empleos están relacionados a obras con financiamiento del sector público central y de las provincias. Ante las decisiones gubernamentales de no pagar un peso de certificados de obra nacionales, ni aun aquellas financiadas por los organismos internacionales, y dejar de transferir a las provincias los fondos por convenios de financiamiento compartido, se produjo esta situación tan extremadamente seria».

La obra pública no sólo está afectada a partir del cierre de la billetera de Nación, sino también por parte de los proyectos provinciales, ya que el Ejecutivo también redujo a la mínima expresión las transferencias de fondos hacia los distritos.

 

«Las provincias más chicas, muy dependiente de las obras de vivienda sociales y otras obras públicas, son las más afectadas, como Chaco, Chubut, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, La Rioja, San Luis y Santiago del Estero. En tanto, aquellas jurisdicciones en las cuales las obras privadas tienen más relevancia, han sufrido menos el impacto, tal es el caso de CABA, Mendoza, Santa Fe, Córdoba y Tucumán», detalla el gremio.

De todas maneras, la UOCRA, advierte que la actividad en el sector privado está cayendo más fuerte que lo que muestran las cifras. Es que el sector todavía está traccionado por proyectos que comenzaron hace rato. «Las obras privadas que amortiguan la caída son obras en ejecución que no pueden pararse pero han disminuido su ritmo y no vemos obras de reemplazo para compensar el ritmo a su finalización».

 

«Es grave el impacto que esto produce en la Obra Social Construir Salud, dado que pierde más de un 20 por ciento de sus ingresos en un momento de aumentos en las prestaciones que el algunos casos superan el 200 por ciento, con el agravante que todos estos beneficiarios que perdieron su empleo mantienen la prestación por ellos y sus familias durante 90 días», dice el gremio.

La Cámara de la Construcción (CAMARCO), que agrupa a las empresas del rubro, también remarca la crítica situación sectorial. El presidente de la entidad, Gustavo Weiss, alerta que la construcción atraviesa una crisis «inédita».

Fuente: Pag 12