La casta no ve el ajuste: los jubilados explicaron el 43% de la reducción del gasto
El ajuste real del gasto estatal cayó 33,6 por ciento interanual el primero bimestre. Casi la mitad se explica por la pérdida adquisitiva de los jubilados y pensionados
Luego del festejo del gobierno por el superávit financiero logrado en enero a cuenta de no realizar pagos que deberán hacer eventualmente, los primeros números de febrero alertan a Luis Caputo y Javier Milei. Se da en un mes en que el ajuste sigue siendo grande y dirigida: con una caída interanual del 36 por ciento en febrero, el gasto real devengado (es decir comprometido por el sector público a ser abonado) de la Administración Nacional descendió un 33 por ciento interanual en el bimestre. Los jubilados soportaron el 43 por ciento de la reducción total del gasto, como consecuencia de la licuación de sus jubilaciones.
Si bien aún no se conocen los datos finales, los primeros resultados fiscales vuelven a ser rojos para las cuentas públicas. El economista Martin Barrionuevo difundió en su cuenta de X los Resultados de la Administración Nacional ( es decir sin tener en cuenta las empresas públicas y entes autárquicos que conforman todo el Sector Público Nacional ) base devengado (es decir que aún no se realizó el pago) en base a datos de la página oficial «Presupuesto Abierto». En febrero hubo un superávit primario (es decir ingresos menos gastos sin contar el pago de intereses de deuda) sensiblemente menor al del mes de enero (cayó en 1,7 billones de pesos), y regresó el déficit financiero (incorporando el pago de intereses).
Un informe de la consultora Eco Go, que dirige Marina Dal Poggetto, había advertido que «enero fue un mes particular y no se puede extrapolar al resto del año. Hasta que se distribuye el presupuesto, la Administración Nacional tiene unos días sin ejecutar ningún gasto, cosa que no pasa en el resto de los meses, a lo cual se le adiciona la llegada de un nuevo Gobierno sin experiencia en saber cómo gastar y que no lo desea hacer».
Gasto público
En tanto, el gasto público sigue bajando para febrero. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) difundió un informe que analiza la evolución real del gasto primario nacional devengado para los meses de enero y febrero. El gasto primario devengado de la Administración Nacional fue de 4.070.000 millones de pesos en febrero de 2024. Al descontar la inflación estimada del periodo (de 15 por ciento), el gasto habría bajado un 36,4 por ciento en términos reales respecto al mismo mes del año pasado. Esta variación resultaría mayor a las registradas en los dos últimos meses, que ya viene cayendo 23,2 por ciento y 30,1 por ciento, respectivamente.
En febrero, la reducción total de gasto primario en moneda constante del mismo mes, habría ascendido a 2.332.000 millones de pesos. Las jubilaciones y pensiones habrían soportado el 35 por ciento del ajuste de gasto, es decir, en plata una pérdida de 827.000 millones de pesos . El siguiente gasto que más habría aportado sería transferencias totales a provincias, con el 6 por ciento. El gasto salarial habría aportado el 3 por ciento del ajuste. Les siguen las transferencias a universidades con el 5 por ciento. El resto de los rubros habrían aportado el 54 por ciento restante.
En el acumulado del primer bimestre del año el gasto primario habría caído un 33,6 por ciento interanual. En cifras, la reducción total del gasto primario habría sido de 3.869.000 millones de pesos en moneda de febrero de 2024. Una vez más, los jubilados y pensionados habrían sido el grupo más afectado por esta reducción, contribuyendo con el 43 por ciento del total, equivalente a 1.682.000 millones de pesos. Le seguirían las transferencias totales a provincias, aportando el 6 por ciento, y el gasto salarial con el 5 por ciento. El 46 por ciento restante del ajuste habría sido distribuido entre los demás rubros.
«Esto refleja que la licuación de jubilaciones y salarios del primer bimestre explica la mitad de la reducción total de gasto primario ejecutada en el periodo», asegura IARAF y continúa: «La vigencia de una fórmula de movilidad que corrige los haberes en base a inflación pasada ha provocado un deterioro significativo del poder adquisitivo de los jubilados en los primeros meses del año. En efecto, un jubilado con la mínima que cobra bonos, va a terminar marzo con una pérdida de poder adquisitivo del 43 por ciento respecto al mismo periodo del 2023. La contracara de semejante pérdida de poder adquisitivo es una baja importante del gasto real en jubilaciones y por esa vía del total de gasto. El Congreso Nacional debería tratar y sancionar de manera urgente una nueva regla de movilidad, que no solamente corrija lo perdido en el año, sino que evite una pérdida en lo que resta del año».
El instituto asegura que «el objetivo saludable de alcanzar el equilibrio fiscal debe incorporar otras potenciales fuentes de financiamiento como el gasto tributario, es decir las exenciones y beneficios tributarios que tienen determinadas actividades. La discusión debe ser amplia. El gobierno nacional y los gobiernos provinciales deben acordar el mejor conjunto de instrumentos para llegar al equilibrio fiscal consolidado, garantizando que los jubilados que aportaron toda su vida dejen de sufrir tan elevada pérdida de poder adquisitivo».
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